Consciencia de Juicio
- Margarita González
- 25 mar 2020
- 2 Min. de lectura
Iniciamos con un nivel de consciencia que requiere una introspección que te lleva ahora a escucharte en tus dichos y en tus hechos, un ejercicio personalísimo.
Un juicio, en este caso, un Juicio de Valor es aquella opinión que deviene de aquello que yo pienso es lo correcto; lo correcto o incorrecto según la propia percepción de vida, según lo que pienso está bien o mal desde mi idea de cómo el otro debería vivir su vida. O incluso la propia vida.
Para escuchar a profundidad al otro primero haz el ejercicio de ponerlo a salvo de tus demonios (juicios), porque de lo contrario es probable que el otro ni siquiera se acerque a ser escuchado, y si se acerca tal vez ni siquiera surja con toda honestidad. Y para ponerlo y ponerte a salvo de ellos tendremos que pasar por un "exorcismo". Tomando esto como analogía, el primer paso para expulsar un demonio es nombrarlo. Hagamos el ejercicio, dedica un tiempo a hacer una lista de tus juicios, de tus ideas sobre la vida del otro.
"Aquellos juicios que que asees hoy, serán demonios que no tendrán que exorcizar ellos después"
Por la salvedad de este medio, te acompaño en este acercamiento a tus juicios con un ejemplo:
Ejemplos de juicios (léelos en primera persona):
Hay decisiones buenas y decisiones malas.
Yo sé mejor que tú lo que te conviene.
Si piensas diferente a mi, estás mal.
Quienes toman decisiones que yo pienso son malas decisiones son tontos (o el adjetivo de tu preferencia).
Te va al porque no haces lo que yo te digo.
A estos juicios particulares les subyace;
Lo que pienso de mi: Tengo que resolver.
Lo que pienso de ti: Eres incompetente
Lo que pienso de mi en relación contigo: Tengo que salvarte.
Esta idea / juicio determina la actitud que tomas como horizonte para escuchar al otro, y todo aquello que no se ajuste a tu juicio quedará eclipsado, y el eclipsado no aprende nada nuevo de sí mismo.
Si vas al momento de encuentro pensando que el otro es incompetente, estarás preparando un espacio de tensión, te perderás de escuchar a tus seres amados, y tus seres amados se sentirán enjuiciados y forjarán (o reafirmarán) la idea de ser incompetentes.

Si estás aquí, confío en que buscas que el ejercicio de escuchar a tus seres amados sea fructífero, en pos de un desarrollo personal; para acompañar a tus seres amados en este camino de desarrollo personal, asea tus juicios, porque aquellos juicios que que asees hoy, serán demonios que no tendrán que exorcizar ellos después.
Yo te escucho.
Psi Margarita González.
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