Del poder de tus palabras
- Margarita González
- 19 sept 2019
- 2 Min. de lectura
Si estuviéramos conscientes de todo lo que transmitimos a través de cada frase, cuidaríamos más lo que decimos. Incluso más lo que nos repetimos para nosotros mismos.
"Todo esto que me pasa es por culpa mía / suya".
Habla de una relación de potencia e impotencia,
una no equidad vivida, busca castigos, no soluciones.
Cada frase va impregnada de la idea que tenemos de nosotros en la relación con los demás. Ya sea que devele una relación de eterna dependencia o que muestre que estamos avocados en el proceso de vivirnos como seres únicos, sin referentes, como seres que buscan trascender su historia.
"Antes elegí aquello, y hoy veo el proceso que me ha llevado a esta situación".
Expresa autoconocimiento,
asume responsabilidad de sus decisiones.
Lo que sucede es que, plantados en una sociedad que promueve la especialización en el conocimiento productivo, y retrasa el <conocimiento de sí>, nos vemos rodeados de otras personas que tampoco saben leerse, ni escucharse. Hay algo sobrecogedor en esta circunstancia. Alguna vez me preguntaba si esos hombres y mujeres de ciencia, que desentrañan los secretos del universo observando las estrellas, o formulando modelos matemáticos para lograr entender y predecir los fenómenos físicos que regulan esta realidad, ¿serán conscientes de diferenciar si lo que sienten es sed o hambre?, ¿tendrán la perspicacia de detectar cuando alguien quiere manipularlos?, ¿Se regirán en el día a día con sus propias leyes, o perpetran valores antiquísimos en sus relaciones personales?.
"No le puedo decir que no; Ya sabe por donde llegarme, me tiene tomada la medida".
Deja en manos del manipulador o manipuladora el ritmo de la relación,
entrega el poder de sí mismo al otro.
Quedándonos cerca: en principio creí que no había muchas personas a mi alrededor que tuvieran a la mano este tipo de conocimiento: la sabiduría de leer nuestros síntomas, gestos, acciones y palabras. Sin embargo, sí que lo hay; tal vez tenemos esta información a nivel intuitivo, y nos conformamos con entregarnos a ese estado de consciencia. Si pensarnos ignorantes de nosotros mismos es sobrecogedor, para mi es aterrador saber que alguien más esta en la posibilidad de conocerme más de lo que me conozco; porque esto abre la puerta a ser increíblemente fácil de manipular. Poco influye el nivel de conocimiento sobre el área de tu especialidad si desconoces tus modos de vida, cómo los pones en práctica y de dónde los aprendiste... y aún más allá: bajo qué paradigma lo aprehendiste.
"Me escucho y le escucho, me veo y le veo, evalúo lo que me está solicitando y decido si entro (o no) a la relación en esas condiciones".
Se observa como igual en la relación,
establece un vínculo de equidad.
Cada frase, gesto, síntoma, conflicto te da la oportunidad de revisar el proceso de cómo, por y para qué lo has gestado. Si quieres conocerte a fondo, el primer paso es escucharte, observar tus pensamientos y cuestionarte sobre la naturaleza de los mismos. Acceder a un nivel de consciencia más amplio requerirá que reflexiones sobre los modos en los que te comunicas contigo y con los demás; ahí esta tu poder, el poder de tus palabras.

Psi Margarita González.
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